Un profesor de conducción eficiente ofrece un decálogo de medidas que garantizan un menor gasto en carburante, ahora que ha disparado su precio al comienzo de las vacaciones de verano.
1- Al arrancar no hay que pisar el acelerador.
“No hace falta. Es una de esas costumbres heredadas de cuando se cebaban los motores antes de iniciarlos”, explica Roberto Ramos. “Hoy es la electrónica la que en función de un montón de parámetros decide cómo se prenderá la chispa. El embrague sí es recomendable que lo usemos. Así no entrará en juego la caja de cambios en el proceso y será más limpio. Hay vehículos en los que es obligado embragar y no arrancan si no se pisa el pedal”
2- En 5-6 metros, a segunda velocidad.
En automóviles ‘normales’, es decir, ni utilitarios muy muy pequeños ni súper deportivos, lo más adecuado es engranar la segunda marcha en cuanto tengamos un poco de inercia. “La primera no es necesaria más que para generar el movimiento”, subraya el experto.
3- Tercera a 30km/h, cuarta a 40 y quinta a 50. También en ciudad.
“Si no se necesita más potencia, un vehículo tiene par suficiente para moverse a 50km/h en quinta velocidad. Todos estos trucos hay que tomarlos en su justa medida, en condiciones normales de conducción. La reflexión que debe hacer el conductor es cuánta potencia necesita. Y olvidarse de aquello del ‘por si acaso’. No es lógico llevar siempre el motor excesivamente alegre por si hay un imprevisto. Contra los imprevistos, la receta es la anticipación y el espacio respecto al vehículo que nos precede. Con espacio suficiente podremos recudir marchas y tener toda la potencia que nos haga falta”.
4- Saltar marchas es bueno.
“Le habrán dicho muchas veces que no lo haga, pero se equivocan. Saltar marchas, cuando la vía lo permite, es bueno. Y el coche no se romperá. Por ley. Los fabricantes están obligados a controlar que eso no suceda por ley. Se puede pasar de primera a tercera si salimos cuesta abajo. En un carril de aceleración, saliendo de una gasolinera por ejemplo, en llano y inercia suficiente y si las condiciones del tráfico lo permiten, ¿por qué no pasar de segunda a cuarta y a sexta? El ahorro es importante”.
5- Cambie a unas 1.800 revoluciones en diésel y 2.200 en gasolina.
“En los motores diésel sobrealimentados actuales, como los TDI y los HDI, se puede y debe subir de marchas al alcanzar las 1.800 revoluciones. No hay que acelerar más. En el caso de los gasolina, un poco por encima: 2.200 -2.300 vueltas es lo adecuado”.
6- Prepare los adelantamientos, tome carrerilla.
“Al contrario de lo que puede parecer, cuanto más espacio deje respecto al coche al que va a adelantar, menos tiempo estará invadiendo el carril contrario. La idea es separarse, preparar el momento del adelantamiento y coger carrerilla para que cuando cambiemos de carril ya tengamos unos kilómetros por hora más que el otro vehículo y podamos pasarlo con comodidad. Pegarse al de delante y dar un volantazo además de estar prohibido (por hacerlo nos multarán) y ser peligroso es una tontería. Solo conseguimos estar más tiempo en el sentido contrario. Si empezamos la maniobra a la misma velocidad necesitaremos más tiempo para tomar velocidad. Y lógicamente consumirá más el motor”.
7- Cuesta arriba, písele más.
“Pase las pendientes con la marcha más larga que pueda. Siempre se debe circular con la marcha más larga, pero en las cuestas, sin llegar a pisar a fondo (entonces la gestión electrónica entiende que es una emergencia y dejará pasar más combustible) lo mejor es acelerar más y no bajar la marcha que llevamos engranada. Por raro que parezca, pisando más el acelerador usaremos menos combustible que no haciéndolo”.
8- Control de crucero contra gestión personal.
“A la hora de usar el limitador de velocidad o control de crucero, las estadísticas demuestran que si es usted un conductor despreocupado por el consumo, este ingenio le ayudará a controlar el gasto. Sin embargo, si es un conductor experimentado que domina las técnicas de conducción eficiente, usted lo hará mejor que la máquina”.
9- Use el aire acondicionado con lógica.
“La diferencia entre conectar o no el aire acondicionado es grande. Un coche que consume, digamos, cuatro litros a los 100 kilómetros pasará sin remedio a gastar cinco litros con el climatizador. Es uno de los sistemas que más penaliza. Claro que en verano es necesario y por eso, como en todos los consejos anteriores es muy importante usar la lógica y el sentido común. No hace falta ponerlo a menos de 23 grados y las salidas de aire no deben apuntar directamente a la persona. Nos gusta que nos de el viento en la cara, sí, pero no es bueno. Por otro lado, al entrar en el coche no sirve de nada ponerlo a tope. Es mejor abrir las ventanas (además, en ciudad y a bajas velocidades siempre es más económico abrir que poner el aire) para que se renueve el aire de dentro del vehículo antes de conectar el compresor del climatizador. Al hacerlo, deje un rato las ventanas abiertas y, cuando el aire ya se haya renovado por completo, ciérrelas. Ah, y no tape las ventanas con toallas para que no le dé el sol. Está prohibido y es muy peligroso”.
10- La medida estrella. Aparte el pie del acelerador.
“Una vez que tenga la velocidad que desea, en pequeños descensos y siempre que lo permita el camino quite el pie del pedal del acelerador. Es un movimiento al que no estamos acostumbrados pero con práctica lo automatizará. Los coches modernos están pensados para que con una marcha engranada y sin tocar el acelerador el consumo puntual sea cero. Así aprovecharemos la inercia, es como navegar a vela”.
http://www.diariosur.es/economia/201407/10/diez-consejos-clave-para-20140710211234.html